Daniel Alves está tan centrado en el día a día del Barcelona que deja en manos de su apoderado (Joaquín Macanás) la negociación de una ampliación de contrato que finaliza el 30 de junio de 2012. Pese a que en las últimas semanas sólo una intervención de Sandro Rosell en París (tras un compromiso de la selección brasileña) parecía templar los nervios, ambas partes tienen la voluntad de anunciar un próximo acuerdo.

Con el billete para los cuartos de la Champions League garantizado y en plena ascensión de la etapa reina, los movimientos se hacen con sigilo, tranquilidad y sin levantar polvo. Hay que ir con calma. De ahí el pacto de silencio por las dos partes; mientras se acaban de concretar y limar asperezas a puerta cerrada, todos verbalizan de manera pública el mismo guión: "Queremos continuidad, pero hay diferencias a corregir". Veremos... leer más | AS