Escrito por Damsam | El Banquillo Visitante
 
"Todo premio indivudual es injusto, el fútbol es un deporte de equipo". Estas palabras de Xavi después de la ceremonia aunque obvias, conviene recordarlas y darles todo su sentido, porque es una verdad como un templo.

Hoy el balón de oro se lo llevo Messi, el pibe eterno, el mejor jugador del mundo en la actualidad. ¿Injusto? Por supuesto que no, como tampoco lo hubiera sido si el premio hubiera recaido en Xavi o Iniesta. Messi es lo que es, gracias a las asistencias, pases, movimientos y clase a raudales de esos locos bajitos. A su vez, Xavi o Iniesta no serían lo que son, sin una pulga estratosférica marcando diferencias y finalizando ataques de tiralíneas. Es decir, que aquí el ganador es el Barça, un equipo que a base de mucho trabajo de cantera y formación ha logrado un hito histórico, como es colocar a tres de sus futbolistas, forjados en la pedrera, como terna aspirante al máximo galardón individual del deporte rey. Eso es lo que quedará para la historia.

El premio de hoy sirve también para valorar en su justa medida a Luis Suárez, único español poseedor de este premio y bastante ninguneado en nuestro país, quien sabe si por su pasado barcelonista. También nos invita a recordar aquel injusto premio que se llevó Owen en lugar de Raúl, el mejor de aquel año sin duda. Y como no, nos permite descubrir a todos los pseudoperiodistas que se hartaron de criticar al de Terrasa y que ahora se apuntan al carro proxavista de manera vergonzosa.

Si me preguntan mi opinión, les diré que yo también hubiera votado a Messi, aunque es cierto que deberíamos ahondar en qué es lo que premia esta galardón. Yo quiero entender que lo que se juzga aquí no son los títulos logrados, ya que eso se consigue siempre gracias a 11 futbolistas y no uno solo, sino al jugador que por sí solo deslumbra, asombra, decide y hace disfrutar en cada una de sus acciones. El balón de oro premia sencillamente al mejor futbolista del planeta y ese, sin discusión le pese a quien le pese es el argentino.

Con este galardón, segundo consecutivo, Messi entra en la historia como uno de los más grandes de todos los tiempos y si no es el mejor ya, se debe única y exclusivamente a su falta de títulos a nivel internacional, que todo llegará.

Hoy en día, cuando veo a Messi, Iniesta y Xavi, no puedo por menos que retrotraerme a la época de los Di Steffano y Kubala. Hace poco, un amigo me comentaba...¿Te imaginas que Kubala y Di Steffano hubieran jugado juntos en el Barça 4 o 5 años? La de títulos que se habrían conseguido. Yo le contesté...No hace falta imaginármelo, lo vemos cada Domingo por la tele y no nos damos cuenta. La historia, como siempre, pondrá a cada uno en su sitio. El de los tres tenores culés, está allá en lo alto, en el olimpo de los dioses del fútbol.

Escrito por Damsam | El Banquillo Visitante