Con la cabeza; Messi. Con la razón; Xavi. Con el corazón; Iniesta.
2010-12-08
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Escrito por Hector(Hedoc) | El Banquillo Visitante
El balón de oro ya tiene a sus tres paladines. Ahora falta el vencedor. Con la cabeza, dejándonos llevar por lo que le han visto hacer nuestros propios ojos, el ganador sería Messi. La pulga más grande del mundo es el mejor futbolista del planeta, no sé si es el más rápido, o si su tiro es el más potente, ni siquiera sé si está entre los más fuertes físicamente. Lo que si sé es que su pie izquierdo tiene la precisión de un cirujano, que con el balón en los pies adquiere una velocidad vertiginosa, y que tiene el centro de gravedad de una pirámide egipcia.
Su registro goleador fue bestial, y la calidad de sus goles inigualable, el único pero en este año para el argentino fue el mundial. Es el mejor incuestionablemente, pero también es incuestionable que este premio juzga –o se supone- la temporada como un todo, y el mundial debe ser incluido. Leo no necesita el premio para demostrar que es el mejor, eso lo hace domingo a domingo y lo ve el mundo entero, la pulga no nació para jugar al fútbol, nació para cambiarlo.
Con la razón, lo ganaría Xavi, no por trayectoria, su temporada no necesita apelar a su curriculum para hacerlo merecedor de tal honor. El motorcito de Terrasa es un estilo de juego, una forma de entender el futbol, y como bien decía un artículo de El País; “cuando Xavi se retire será más sencillo cambiar todo el sistema de juego que intentar buscarle un reemplazo”. Ganó la Liga, cayó en semifinales de Champions, y se corono en el mundial de Sudáfrica. Es el favorito de muchos, lo ha hecho todo y sería el justo premio al posible mejor jugador español de todos los tiempos –con permiso de Luis Suarez-.
Con el corazón, el ganador es Iniesta. Y eso fue lo que logró hacer el manchego para aparecer como el gran favorito, apareció cuando cuenta, en el momento más grande en la vida de un futbolista, la final de un mundial. No es cuestión de injusticias, tantos periodistas especializados, capitanes y entrenadores de selección difícilmente van a tomar una decisión que no corresponda. Todos ellos llevan años, y más años detrás de este deporte, y saben lo difícil que es que a un jugador se le presente la oportunidad de ganar un mundial, tener la oportunidad de brillar en la final de este, y lo que es más importante aprovechar esa oportunidad. Solo los grandes, los que quedan en la memoria del aficionado, son capaces de aprovechar esos extraños e irrepetibles momentos.
Don Andrés ya había tocado el corazón del barcelonismo, y en Sudáfrica tocó el corazón de toda España.
Por último no quiero dejar fuera a Sneijder, partiendo de la primicia que siempre falta, o sobra alguien en este tipo de premios, el holandés jugó una temporada para enmarcar, y eso hay que reconocerlo. Si los títulos fueran lo más importante, el tulipán estaría en el podio. A mi parecer Sneijder tuvo un par de cosas en contra que nada tienen que ver con el bajonazo del Inter de Benítez. Ha tenido la mala fortuna de tener su maravillosa temporada en un tiempo donde el estilo del Barca y la selección española dominan en la cancha, y conquista corazones. Y además fue una víctima fatal del tipo de futbol que practican sus equipos, donde el resultadismo prima sobre lo estético.
Este podio es un homenaje al buen futbol, a intentar jugar la pelota en todo momento, a la habilidad antes de la fuerza. En un tiempo donde muy pocos se atreven a jugar de la forma que lo hace el Barcelona y la selección española, y el 95% o más de los equipos juegan un estilo diametralmente opuesto, no deja de resultar curioso, halagador, y esclarecedor –para el que haya tenido dudas- que el mundo futbolístico se ha rendido a este estilo de juego. ¿Qué hay gente que se aburre? Pues se respeta su opinión, pero serán los menos.
Ahora los diarios le colgaran la medalla al fútbol español, medalla que el barcelonismo –CREANME- está contento y orgulloso de compartir. Solo espero que los que hoy se suben a la carroza de la victoria estén ahí para defender a sus héroes cuando se presente la oportunidad.
“Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero si no, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío”.
Que esa frase de Einstein describiendo perfectamente la hipocresía y oportunismo del hombre, no tenga que aplicarse de aquí en adelante. Por lo menos eso es lo que espero.
Escrito por Hector(Hedoc) | El Banquillo Visitante
El balón de oro ya tiene a sus tres paladines. Ahora falta el vencedor. Con la cabeza, dejándonos llevar por lo que le han visto hacer nuestros propios ojos, el ganador sería Messi. La pulga más grande del mundo es el mejor futbolista del planeta, no sé si es el más rápido, o si su tiro es el más potente, ni siquiera sé si está entre los más fuertes físicamente. Lo que si sé es que su pie izquierdo tiene la precisión de un cirujano, que con el balón en los pies adquiere una velocidad vertiginosa, y que tiene el centro de gravedad de una pirámide egipcia.
Su registro goleador fue bestial, y la calidad de sus goles inigualable, el único pero en este año para el argentino fue el mundial. Es el mejor incuestionablemente, pero también es incuestionable que este premio juzga –o se supone- la temporada como un todo, y el mundial debe ser incluido. Leo no necesita el premio para demostrar que es el mejor, eso lo hace domingo a domingo y lo ve el mundo entero, la pulga no nació para jugar al fútbol, nació para cambiarlo.
Con la razón, lo ganaría Xavi, no por trayectoria, su temporada no necesita apelar a su curriculum para hacerlo merecedor de tal honor. El motorcito de Terrasa es un estilo de juego, una forma de entender el futbol, y como bien decía un artículo de El País; “cuando Xavi se retire será más sencillo cambiar todo el sistema de juego que intentar buscarle un reemplazo”. Ganó la Liga, cayó en semifinales de Champions, y se corono en el mundial de Sudáfrica. Es el favorito de muchos, lo ha hecho todo y sería el justo premio al posible mejor jugador español de todos los tiempos –con permiso de Luis Suarez-.
Con el corazón, el ganador es Iniesta. Y eso fue lo que logró hacer el manchego para aparecer como el gran favorito, apareció cuando cuenta, en el momento más grande en la vida de un futbolista, la final de un mundial. No es cuestión de injusticias, tantos periodistas especializados, capitanes y entrenadores de selección difícilmente van a tomar una decisión que no corresponda. Todos ellos llevan años, y más años detrás de este deporte, y saben lo difícil que es que a un jugador se le presente la oportunidad de ganar un mundial, tener la oportunidad de brillar en la final de este, y lo que es más importante aprovechar esa oportunidad. Solo los grandes, los que quedan en la memoria del aficionado, son capaces de aprovechar esos extraños e irrepetibles momentos.
Don Andrés ya había tocado el corazón del barcelonismo, y en Sudáfrica tocó el corazón de toda España.
Por último no quiero dejar fuera a Sneijder, partiendo de la primicia que siempre falta, o sobra alguien en este tipo de premios, el holandés jugó una temporada para enmarcar, y eso hay que reconocerlo. Si los títulos fueran lo más importante, el tulipán estaría en el podio. A mi parecer Sneijder tuvo un par de cosas en contra que nada tienen que ver con el bajonazo del Inter de Benítez. Ha tenido la mala fortuna de tener su maravillosa temporada en un tiempo donde el estilo del Barca y la selección española dominan en la cancha, y conquista corazones. Y además fue una víctima fatal del tipo de futbol que practican sus equipos, donde el resultadismo prima sobre lo estético.
Este podio es un homenaje al buen futbol, a intentar jugar la pelota en todo momento, a la habilidad antes de la fuerza. En un tiempo donde muy pocos se atreven a jugar de la forma que lo hace el Barcelona y la selección española, y el 95% o más de los equipos juegan un estilo diametralmente opuesto, no deja de resultar curioso, halagador, y esclarecedor –para el que haya tenido dudas- que el mundo futbolístico se ha rendido a este estilo de juego. ¿Qué hay gente que se aburre? Pues se respeta su opinión, pero serán los menos.
Ahora los diarios le colgaran la medalla al fútbol español, medalla que el barcelonismo –CREANME- está contento y orgulloso de compartir. Solo espero que los que hoy se suben a la carroza de la victoria estén ahí para defender a sus héroes cuando se presente la oportunidad.
“Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero si no, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío”.
Que esa frase de Einstein describiendo perfectamente la hipocresía y oportunismo del hombre, no tenga que aplicarse de aquí en adelante. Por lo menos eso es lo que espero.
Escrito por Hector(Hedoc) | El Banquillo Visitante