El Barça sólo sabe responder así
2010-11-30
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Escrito por Miguel Angel | El Banquillo Visitante
Esta vez el Barça no equivocó la forma en que debía encarar su gran partido ante Translator-One. Esta vez no caimos en su trampa de tratar de ganar a base de testiculina y con sobrexcitación como no ocurrió en la eliminatoria de Champions de la pasada temporada ante el Inter.
El Barça no puede ni debe recurrir a la épica para conseguir sus objetivos y menos en los partidos trascendentes como éstos. El Barça tiene su fuerza su poder en el fútbol arte, en el amor por el balón y por el juego de toque. No quiere decir que no sea necesario el que los jugadores luchen hasta la extenuación sino que hay que gastar todas las energía en lo que sabemos hacer y lo hacemos muy bien: “jugar a la pelota”.
Como diría el Flaco, nosotros tenemos una plantilla de “peloteros”, nosotros no podemos preparar los partidos con ánimo bélico como hicimos cuando caimos en la competición europea contra los neriazurri la pasada campaña. En aquella ocasión el exceso de adrenalina y el volcarnos con más agresividad que fútbol no nos resultó. Y esa ha sido una de las claves de la exhibición futbolística de anoche en el Camp Nou.
El Barça entró enchufadísimo al partido y aunque nunca rehuyó la pelea física, no la buscamos. El Barça hizo lo que sabe hacer como nadie en el mundo (me atrevería decir como nadie en la historia del balompié), mover el balón a una velocidad vertiginosa creando espacios y trazando paredes milimétricas y desmarques a una velocidad pasmosa. Cuando el Barça hace esto, al equipo rival no le cabe otra que correr persiguiendo el balón como el que persigue fantasmas.
Nunca llegan a tiempo siquiera para parar en falta la circulación del esférico, y cuando lo hacen el balón ya no está y la falta es merecedora de tarjeta. También es verdad que el propio rival, en este caso el Real Madrid, se encargó de hacernos todo el trabajo psicológico de preparación del partido, con las bravatas callejeras de Cristiano, con los exabruptos de Translator-One, con las quejas de las lamentatrices blancas…
Pero fue mérito de Pep el que esta vez toda la motivación no se descargara en el sentido equivocado. Nuestro camino es el fútbol y a él debemos apelar en los grandes momentos y cuanto más difícil sea el momento más debemos agarrarnos a “nuestro plan”, nuestro estilo. El Barça sólo sabe responder así.
Escrito por Miguel Angel | El Banquillo Visitante
Esta vez el Barça no equivocó la forma en que debía encarar su gran partido ante Translator-One. Esta vez no caimos en su trampa de tratar de ganar a base de testiculina y con sobrexcitación como no ocurrió en la eliminatoria de Champions de la pasada temporada ante el Inter.
El Barça no puede ni debe recurrir a la épica para conseguir sus objetivos y menos en los partidos trascendentes como éstos. El Barça tiene su fuerza su poder en el fútbol arte, en el amor por el balón y por el juego de toque. No quiere decir que no sea necesario el que los jugadores luchen hasta la extenuación sino que hay que gastar todas las energía en lo que sabemos hacer y lo hacemos muy bien: “jugar a la pelota”.
Como diría el Flaco, nosotros tenemos una plantilla de “peloteros”, nosotros no podemos preparar los partidos con ánimo bélico como hicimos cuando caimos en la competición europea contra los neriazurri la pasada campaña. En aquella ocasión el exceso de adrenalina y el volcarnos con más agresividad que fútbol no nos resultó. Y esa ha sido una de las claves de la exhibición futbolística de anoche en el Camp Nou.
El Barça entró enchufadísimo al partido y aunque nunca rehuyó la pelea física, no la buscamos. El Barça hizo lo que sabe hacer como nadie en el mundo (me atrevería decir como nadie en la historia del balompié), mover el balón a una velocidad vertiginosa creando espacios y trazando paredes milimétricas y desmarques a una velocidad pasmosa. Cuando el Barça hace esto, al equipo rival no le cabe otra que correr persiguiendo el balón como el que persigue fantasmas.
Nunca llegan a tiempo siquiera para parar en falta la circulación del esférico, y cuando lo hacen el balón ya no está y la falta es merecedora de tarjeta. También es verdad que el propio rival, en este caso el Real Madrid, se encargó de hacernos todo el trabajo psicológico de preparación del partido, con las bravatas callejeras de Cristiano, con los exabruptos de Translator-One, con las quejas de las lamentatrices blancas…
Pero fue mérito de Pep el que esta vez toda la motivación no se descargara en el sentido equivocado. Nuestro camino es el fútbol y a él debemos apelar en los grandes momentos y cuanto más difícil sea el momento más debemos agarrarnos a “nuestro plan”, nuestro estilo. El Barça sólo sabe responder así.
Escrito por Miguel Angel | El Banquillo Visitante