Vuelve el fútbol. Tras un buen centenar de horas hablando en todos los corrillos de la Asamblea, de cuentas y demandas, de Rosell y de Laporta, de escuchar a todo hijo de vecino hablar con sorprendente familiaridad de la 'Due Diligence', el barcelonismo recupera hoy la posesión del balón, guarda la corbata y se pone el calzón corto. Por si acaso, Pep Guardiola dejó ayer muy claro que su equipo, el Barça, está por lo que tiene que estar, que es ganar al Copenhague para encarrilar el pase a octavos de la Champions League. El visitante danés, sorprendente líder de grupo con dos triunfos en otros tantos partidos, y todavía invicto en competición oficial, tiene un hándicap importante para llenar el Camp Nou: no posee el gancho de los clásicos de Europa. Aun así, el aficionado culé tiene motivos más que suficientes para estar esta noche animando en la grada, empezando por la necesidad de su equipo de vencer para ser líder, tras un triunfo y un empate ... leer más